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domingo, 16 de junio de 2024

Síndrome nefrótico en una paciente diabética

 NefroPlus. Vol. 7. Núm. 1.enero 2015

INTRODUCCIÓN

Entre un 25 % y un 30 % de los pacientes diabéticos presentará algún grado de nefropatía a lo largo de su evolución. La nefropatía diabética se caracteriza desde el punto de vista clínico por la elevación de la excreción urinaria de albúmina en estadios iniciales, que puede progresar a lo largo de los años a proteinuria, llegando incluso a rango nefrótico y deterioro de la función renal progresivo.

En la diabetes mellitus (DM) tipo 1, la nefropatía incipiente aparece a los 15 años de media desde el diagnóstico, con una incidencia estable en los últimos años1. A partir del quinto año desde el diagnóstico debe empezar a determinarse el cociente albúmina/creatinina en orina.

En el caso de la DM tipo 2, mucho más prevalente y en aumento, el riesgo es mayor, de forma que a los 30 años de evolución casi la mitad de estos pacientes presentará nefropatía2. El tiempo medio desde el inicio de la proteinuria hasta la insuficiencia renal crónica terminal o el inicio de diálisis suele ser de siete años. Hoy en día es la causa más importante de entrada en diálisis, de acuerdo con los datos del Registro Español de Enfermos Renales (www.registrorenal.es).

La aparición de un síndrome nefrótico en un paciente diabético pudiera parecer a priori un diagnóstico evidente de nefropatía diabética.

Dado que se caracteriza por un desarrollo progresivo acorde con la evolución y el control de la diabetes, la presencia de un síndrome nefrótico de otras características (evolución rápida, presencia de hematuria) obliga a descartar otras causas y a valorar la necesidad de realizar una biopsia renal.

CASO CLÍNICO

Paciente de 80 años de edad, hipertensa de larga evolución, bien controlada y diabética tipo 2 desde hace 25 años, en tratamiento con antidiabéticos orales por reacción alérgica a varios tipos de insulina, con mal control metabólico y retinopatía diabética no proliferativa.

Entre otros antecedentes personales, presenta hiperuricemia asintomática sin tratamiento, anemia ferropénica en tratamiento con hierro oral, bocio multinodular normofuncionante y arritmia completa por fibrilación auricular de varios años y en tratamiento con anticoagulación oral, con varios episodios de insuficiencia cardíaca.

Sigue tratamiento con apixabán, metformina/vildagliptina, glicazida, furosemida, diltiazem, losartán, omeprazol, simvastatina y ferroglicina sulfato.

La paciente es ingresada en el servicio de Medicina Interna (MI) en julio de 2014 por un cuadro clínico compatible con gastroenteritis vírica y oliguria. En la exploración se encuentra normotensa y presenta edemas perimaleolares con fóvea, bilaterales. En la analítica (tabla 1) se observa un deterioro de la función renal (creatinina plasmática [Crp]: 3,4 mg/dl) que se cataloga como prerrenal, mejorando parcialmente con fluidoterapia hasta Crp 1,7 mg/dl.

Se ha de destacar que previo al ingreso la paciente presentaba función renal normal (Crp: 0,7 mg/dl; filtrado glomerular estimado [Modification of Diet in Renal Disease, MDRD-4] > 60 ml/min/1,73 m2) sin alteraciones urinarias (elemental y sedimento [EyS]: normal; cociente albuminuria/Cr: 2,5 mg/g).

En el resto de las pruebas complementarias (PC) del ingreso destacaba hipertrigliceridemia (227 mg/dl), hipoproteinemia (5,2 g/dl) e hipoalbuminemia (2,8 g/dl), anemia ferropénica (hemoglobina [Hb]: 10,7 g/dl; VCM: 76 fL; ferritina: 39 ng/ml) y proteinograma sin banda monoclonal. En el EyS presentaba: proteínas ++++, indicios de hemoglobina, 1-3 hematíes/campo y 4-8 leucocitos/campo, con un sodio en orina de 34 mmol/l. La ecografía renal Doppler no mostró alteraciones. Tras mejoría clínica y analítica, la paciente es dada de alta.

Quince días después acude de nuevo a urgencias por síndrome general, disnea, edemas y oliguria en la última semana, con diarrea y rectorragias. Al reinterrogarla, admite consumo de ibuprofeno habitual (600 mg cada 8-12 horas los últimos tres meses) y es ingresada en Nefrología. En la exploración física presenta tensión arterial de 168/76 mmHg, ingurgitación yugular, auscultación pulmonar con roncus, sibilantes y crepitantes basales, y edemas con fóvea hasta rodillas.

En las PC se observa Crp: 4,9 mg/dl, proteínas: 4,7 g/dl, albúmina: 2,3 g/dl, colesterol: 242 mg/dl, triglicéridos: 208 mg/dl, Hb: 11,7 g/dl, leucocitos: 8700/¿O, linfocitos: 14,2 %, segmentados: 69,2 %, eosinófilos: 5,1 %, EyS: proteínas ++, Hb ++, 15-20 hematíes/campo, 80-100 leucocitos/campos, bacteriuria moderada, sodio en orina: 28 mEq/l, proteinuria en 24 horas > 10 g, proteinuria de Bence Jones negativa, inmunoglobulinas y complemento normales, ANA, ANCA, anti-MBG, factor reumatoide, anti-PLA2R y serologías virales negativas.

Durante el ingreso se observa un progresivo empeoramiento de la función renal hasta Crp 6 mg/dl, permaneciendo en anuria y anasarca que no responde a diurético intravenoso en dosis altas, por lo que precisa iniciar hemodiálisis.

En resumen, síndrome nefrótico de aparición brusca e insuficiencia renal rápidamente progresiva en paciente diabética. Se realizó biopsia renal.

EVOLUCIÓN

La biopsia renal mostró glomeruloesclerosis segmentaria y difusa con formación de nódulos eosinófilos PAS positivos (figura 1). Las arteriolas presentaban hialinosis franca PAS positiva y el intersticio mostraba fibrosis marcada con infiltrados difusos inflamatorios formados por linfocitos maduros y numerosos eosinófilos que producían imágenes de tubulitis (figura 2). La inmunofluorescencia resultó débilmente positiva para IgM mesangial, sin otros hallazgos. El rojo Congo fue negativo.

Figura 1. Biopsia renal. Imagen de microscopía óptica con tinción de hematoxilina-eosina. La imagen muestra lesiones de Kimmelstiel Wilson (glomeruloesclerosis nodular) e hialinosis arteriolar. Imagen cedida por Dr. Javier Gómez (Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander).

Figura 2. Biopsia renal. Imagen de microscopía óptica con tinción de hematoxilina-eosina. La imagen muestra tubulitis e infiltrado intersticial por eosinófilos. Imagen cedida por Dr. Javier Gómez (Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander).

Por tanto, el diagnóstico histológico fue de nefropatía diabética (glomeruloesclerosis nodular y difusa con hialinosis arteriolar) y nefropatía túbulo-intersticial con eosinofilia sugestiva de toxicidad farmacológica.

Con el diagnóstico de nefritis intersticial inmunoalérgica por antiinflamatorios no esteroideos (AINE) sobreimpuesto a nefropatía diabética, se inició tratamiento con prednisona por vía oral en dosis de mg/kg de peso. Tras diez días de tratamiento, se produce aumento progresivo de la diuresis y recuperación de la función renal normal (Crp: 0,6 mg/dl; FGe por MDRD-4: > 60 ml/min/1,73 m2) que permitió cese del tratamiento renal sustitutivo (figura 3).

Figura 3. Evolución clínica y analítica.

Durante el ingreso presentó una progresiva anemización hasta una Hb de 8 g/dl, sin plaquetopenia y con lactato deshidrogenasa normal, por lo que se descartó que fuera de origen hemolítico, siguiendo el mismo curso que el deterioro de la función renal, lo que sugería que estaba en relación con el propio fracaso renal agudo. La rectorragia se autolimitó en dos días, con desaparición de la diarrea. En el ingreso previo en MI se había realizado una tomografía axial computarizada abdominal sin contraste sin evidenciarse patología, con determinación de sangre oculta en heces negativa y estudio de coagulación normal, por lo que no se amplió el estudio. Se advirtió mejoría de la anemia (Hb: 11,6 g/dl) tras transfusión sanguínea, tratamiento con hierro endovenoso y eritropoyetina.

Se ajustó el tratamiento antihipertensivo, reiniciando antagonista de los receptores de la angiotensina II (ARA II), calcioantagonista y alfabloqueante, con buen control. Además, se modificó la insulinoterapia con mejor control glucémico y se reintrodujo anticoagulación oral sin complicaciones y tratamiento hipolipemiante.

Tras dos meses de prednisona oral en pauta descendente, se produce una mejoría progresiva de proteinuria, siendo el cociente proteínas/creatinina en orina de 756 mg/g en la última revisión.

DISCUSIÓN

Como se menciona en varios comentarios, la nefropatía diabética de base es un diagnóstico posible, teniendo en cuenta que la paciente presentaba una diabetes de larga evolución mal controlada. Asimismo, la presencia de retinopatía diabética se asocia fuertemente con nefropatía diabética3, aunque puede existir afectación renal sin retinopatía4.

Como también se apunta, nuestra paciente presenta un síndrome nefrótico con una proteinuria masiva, con repercusión en proteínas séricas junto con deterioro de la función renal y clínicamente en anasarca. La comparación con analíticas previas recientes es clave en nuestro caso, ya que comprobamos que el debut de síndrome nefrótico es brusco, y un deterioro tan abrupto obliga a la realización de biopsia renal para descartar otras glomerulopatías diferentes de la propia nefropatía diabética.

En una revisión reciente recomiendan la realización de biopsia renal en pacientes diabéticos con deterioro de la función renal y las siguientes características: ausencia de retinopatía diabética, transcurso de < 5 años desde el diagnóstico de la DM, ausencia de cronología típica como debut agudo de proteinuria, deterioro progresivo de la función renal, presencia de hematuria, presencia de otra enfermedad sistémica y síndrome nefrótico franco5, como es el caso de nuestra paciente.

Entre los comentarios de los lectores, destaca la nefritis inmunoalérgica por AINE, que puede cursar con síndrome nefrótico en el contexto de nefropatía por cambios mínimos6 o nefropatía membranosa7. Cursa típicamente con hematuria, proteinuria, leucocituria y elevación de la Crp. También puede aparecer eosinofilia (presente en este caso) y rash.

Como bien se ha mencionado, la hematuria tampoco es característica de la nefropatía diabética por sí sola. Si bien en algún estudio se ha encontrado asociación entre hematuria persistente e hialinosis arteriolar como la existente en la biopsia de nuestra paciente, no se ha demostrado que esto sea relevante en el curso clínico y en el pronóstico de la nefropatía diabética8. También se ha descrito la relación entre anticoagulación con warfarina y la hematuria macroscópica con fracaso renal agudo secundario a obstrucción tubular por cilindros hemáticos9. Estos hallazgos no se encontraron clínica ni histológicamente en nuestra paciente. Además, esta recibía como anticoagulación uno de los nuevos anticoagulantes orales (apixaban) y, dado que su uso es reciente aún, no hay ningún caso descrito similar a los relacionados con los anticoagulantes clásicos.

Se apunta en varios comentarios la posibilidad de una nefropatía membranosa secundaria a un proceso neoplásico. La ausencia de anticuerpos anti-PLA2R favorece el diagnóstico de causa secundaria frente a idiopática10. Es una buena opción, dado que es la razón más frecuente de síndrome nefrótico en pacientes añosos no diabéticos, pero la histología y los marcadores tumorales normales no apoyaron este diagnóstico.

Es cierto que en pacientes de edad avanzada con síndrome nefrótico se debe considerar el diagnóstico de discrasia sanguínea como el mieloma múltiple o la amiloidosis. En nuestro caso el proteinograma fue normal y la proteinuria de Bence Jones negativa, así como la tinción en la biopsia renal de rojo Congo, lo que descartó estas posibilidades.

También es cierto que el estado de anasarca junto con la diarrea justificarían cierto componente de insuficiencia renal prerrenal. La hipoalbuminemia era importante, pero no llegó al rango severo (< 2 g/dl), y se descartó trombosis de la vena renal mediante ecografía Doppler.

Respecto a la relación del fracaso renal agudo con una posible etiología infecciosa, se aisló Klebsiella pneumoniae en orina en ausencia de fiebre ni clínica, por lo que no recibió tratamiento antibiótico. No existía hipocomplementemia que orientara hacia una glomerulonefritis posinfecciosa; tampoco hallazgos a favor de un síndrome hemolítico urémico típico, si bien la paciente presentó diarrea, que se autolimitó, y no había datos de hemólisis, por lo que no requirió la realización de otras pruebas.

Asimismo, el complemento normal no sugiere enfermedad ateroembólica a pesar de la eosinofilia, sin existir tampoco historia de cateterismo reciente.

Los ANCA y los niveles de inmunoglobulinas fueron normales y no había presencia de semilunas en la biopsia, por lo que la vasculitis o un brote extracapilar de nefropatía IgA no se consideraron en el diagnóstico diferencial.

Acerca del tratamiento de esta entidad, no hay evidencia clara del beneficio de la terapia con corticoides, pero puede considerarse en caso de insuficiencia renal de más de una o dos semanas de duración11. En todos los casos deben suspenderse los AINE, consiguiéndose habitualmente una recuperación espontánea en el plazo de semanas o meses. En el estudio observacional retrospectivo del Grupo Madrileño de Nefritis Intersticiales, se analizaron 61 pacientes biopsiados con diagnóstico de nefritis túbulointersticial aguda por fármacos, que en la mayoría de los casos fue debida a AINE y antibióticos (93 %). Observaron que los pacientes no sometidos a esteroides tuvieron una Crp más alta al final del seguimiento (3,7 ± 2,9 frente a 2,1 ± 2,1 mg/dl) y mayor necesidad de diálisis (44,4 % frente a 3,8 %). Además, encontraron una clara relación entre el tiempo transcurrido entre la suspensión del fármaco causante y el inicio de esteroides, dado que estos pueden actuar precozmente sobre el infiltrado inflamatorio y evitar la progresión a fibrosis. Los pacientes que recuperaron completamente la función renal habían iniciado antes el tratamiento con esteroides respecto a los que lo hicieron más tardíamente (18,4 ± 16 días frente a 31,4 ± 15 días)12.

CONCLUSIONES

El síndrome nefrótico en pacientes diabéticos es debido en la mayor parte de los casos, aunque no en todos, a la nefropatía diabética. La diabetes con mal control metabólico, de largo tiempo de evolución (al menos cinco años en la DM tipo 1 y más incierto en la DM tipo 2 por su inicio más insidioso y retraso diagnóstico), y la presencia de retinopatía diabética son sugestivas de nefropatía diabética.

Al contrario, en pacientes de corta evolución de la diabetes con síndrome nefrótico de rápido desarrollo o aparición de hematuria son datos que deberían hacernos sospechar otra causa de afectación y plantearnos la necesidad de realizar una biopsia renal.

En nuestro caso, el antecedente de consumo de AINE hacía posible un diagnóstico compatible con nefritis túbulo-intersticial aguda, que produce un rápido deterioro de la función renal y un síndrome nefrótico franco impuro.

El tratamiento sigue siendo controvertido, aunque es primordial retirar el fármaco nefrotóxico y en caso de fracaso renal agudo establecido se debe valorar el tratamiento con corticoides, que pueden producir una respuesta en poco tiempo.

Respecto a la nefropatía diabética, es importante conseguir buen control glucémico y de la tensión arterial, de la proteinuria con inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina o ARA II, y del resto de los factores de riesgo cardiovascular asociados.

Conflictos de interés

Los autores declaran que no tienen conflictos de interés potenciales relacionados con los contenidos de este artículo.

Síndrome Nefrotico

 

Rev. Act. Clin. Med v.11  La Paz set. 2011

Resumen

El síndrome nefrótico es una enfermedad que se caracteriza por múltiples factores etiológicos , algunos de causa desconocida que afectan al glomérulo renal, que pueden ser desencadenantes de diferentes problemas renales posteriores.

El síndrome nefrótico se acompaña de varios signos y síntomas propios de la enfermedad que permiten un diagnostico clínico certero, es así que la presencia de edema y proteinuria mayor a 3,5 g/día, establecen criterios importantes en su búsqueda.

La importancia del diagnóstico de esta enfermedad en odontología radica en el empleo de maniobras quirúrgicas y dentales sin riesgos y la prescripción adecuada de medicamentos que en algún momento puedan comprometer la funcionalidad renal.

Palabras clave

Albuminuria, Síndrome nefrótico, edema


 

 

CONCEPTO

El síndrome nefrótico es un conjunto de síntomas y signos secundarios a un diverso grupo de enfermedades que provocan aumento de la permeabilidad capilar glomerular y consiguiente aumento de la eliminación de proteínas urinarias.

 

ETIOLOGÍA

No existe una etiología específica para la presencia de síndrome nefrótico, su aparición se atribuye a múltiples causas entre las cuales se nombran las siguientes:

1.- Enfermedades glomerulares: Como ser:

1.1).-Glomerulopatía membranosa (GNM).-Es una enfermedad primaria o idiopática frecuente en los adultos y rara en los niños, caracterizada por el engrosamiento de la membrana basal de la pared capilar glomerular secundaria al depósito de inmunocomplejos, con la proteína vinculada al receptor megalina como el supuesto antígeno en el espacio subepitelial.

1.2).-Glomeruloesclerosis focal y segmentaría.-. La característica de ésta enfermedad es la esclerosis que se presenta en algunos glomérulos, razón por la que recibe el nombre de "focal" y si afecta el penacho capilar se denomina "segmentaria". Este cuadro además de presentar esclerosis puede asociarse a lesiones como hipercelularidad endocapilar, glomerulopatia con colapso segmentario o focal y alteración en la función renal llamada "lesión de punta glomerular". Puede presentar además de todo lo mencionado, cicatrización glomerular por la presencia de enfermedades glomerulares primarias como la nefropatía por inmunoglobulina A y de manera secundaria puede presentarse tras el abuso de analgésicos, heroína e infección por VIH.

1.3).-Nefrosis lipoidea.- Esta enfermedad es la principal causa del síndrome nefrótico y se presenta solo en niños, se caracteriza por una filtración selectiva de proteínas de gran tamaño como la albúmina plasmática, provocando la eliminación masiva de ésta por la orina. La pérdida de ésta proteína del plasma disminuye la presión oncótica permitiendo que el agua infiltre a los tejidos intersticiales produciendo edema.

2.- Enfermedades sistémicas: Entre las que se pueden mencionar:

2.1).-Lupus eritematoso sistémico (LES) : Es una enfermedad autoinmune que puede llegar a afectar al glomérulo renal por la presencia de depósito de inmunocomplejos, con la consecuente eliminación de proteínas por la orina.

2.2).-Diabetes mellitus: En un diabético el exceso de glucosa en la sangre en lugar de metabolizarse provoca toxicidad que lesiona la nefrona, alterando la membrana basal glomerular, de ésta manera se ocasionan cambios iónicos a nivel de la membrana , produciendo un aumento de volumen, y alteración en la función depuradora de la sangre, deteriorándose el riñon de forma progresiva produciendo un aumento constante de las cifras de urea en sangre y facilitando la pérdida masiva de proteínas a través de la orina.

3.- Fármacos: Como ser:

3.1).-Antiinflamatoríos no esteroideos (AINES) .- Estos medicamentos pueden llegar a inhibir a las prostaglandinas que son la encargadas de mantener el flujo plasmático intrarrenal, por lo tanto la disminución de éstas afectará la filtración glomerular y el transporte tubular, llegando de éste modo a producir una disminución de la filtración glomerular, lo cual desencadena una insuficiencia renal, nefritis intersticial con síndrome nefrótico y la consiguiente proteinuria, hematuria, retención de sodio e hiponatremia.

4.- Infecciones.-

4.1) VIH.- Se asocia al síndrome nefrótico por la presencia de enfermedades oportunistas, como también por la presencia directa del virus, ocasionando un cambio a nivel de la membrana basal glomerular, pudiendo originar una hiperpermeabilidad de proteínas plasmáticas.

5.- Genético.-

5.1)  Síndrome nefrótico congénito: Patología presente en el primer año de vida del individuo pudiendo estar ocasionada por una reducción de los sitios con carga negativa, presentes en la membrana basal glomerular, que evitan el paso de proteínas plasmáticas hacia la sangre.

5.2)  Síndrome nefrótico Finlandés: Causado por una alteración en el gen de la nefrina con la presencia de dilatación microcítica de los túbulos acompañada de complicaciones infecciosas y nutricionales poniendo en riesgo la vida del individuo.

 

FISIOPATOLOGÍA

El síndrome nefrótico se inicia con una alteración desconocida en la membrana filtrante glomerular, que puede llevar a una hiperpermeabilidad de la membrana a las proteínas plasmáticas como ser la albúmina, la cual es el elemento principal para mantener el líquido dentro del vaso sanguíneo.

La filtración constante de la membrana promueve a una pérdida masiva de la albúmina a través de la orina originando una hipoalbuminemia en el organismo, alterando así la hemodinamia de los vasos, de ese modo disminuye la presión oncótica intravascular, permitiendo la salida de líquidos al espacio intersticial provocando edema.

La perdida de albúmina estimula al sistema neurohormonal renina-angotensina produciendo retención renal de sodio y agua. A medida que progresa la enfermedad existe una filtración de proteínas de mayor peso molecular las cuales son eliminadas de manera constante por la orina y mayor edema resultante de la retención hídrica renal.

De este modo la pérdida de proteínas estimula al hígado a desencadenar el aumento de síntesis de lipoproteínas y/o una disminución del factor clarificador plasmático que se encarga de la degradación de lipoproteínas, ambos factores conducirán a la acumulación de lípidos en el plasma cuyo incremento dependerá de la persistencia y el aumento de la hipoproteinemia.

La acumulación de lípidos en el plasma promueve también al hígado a la síntesis de fibrinógeno, predisponiendo a la formación de trombos especialmente a nivel de la vena renal pudiendo desencadenar una insuficiencia renal aguda de carácter obstructivo.

 

CUADRO CLÍNICO

El principal motivo de consulta en el síndrome nefrótico, es la aparición de edema de localización variable que se puede iniciar con edema bipalpebral el cual tiende a progresar hasta edema facial, pretibial, maleolar, peritoneal, edema escrotal y anasarca. Sin embargo existen otros motivos por los cuales el paciente acude a consulta, como la presencia de orina espumosa, característico de ser encontrado en niños, la cual se debe a la presencia masiva de proteínas en la orina.

Puede existir del mismo modo, retención de líquido en tercer espacio como sucede en la ascitis, derrame pleural e hidrotórax. En el examen físico se puede encontrar Godet positivo y aumento de peso por retención htdrica, con las alteraciones hemodinámicas resultantes de la disminución de líquido intravascular, manifestadas por hipotensión arterial y taquicardia.

La presencia de coagulopatta y la hipertensión arterial son indicadores de que el síndrome nefrótico se ha convertido en una insuficiencia renal.

El síndrome nefrótico en niños puede llegar a producir un retraso en la erupción dental o un tipo de erupción con el esmalte alterado el cual se tornará oscuro. Además es frecuente que estos pacientes tengan halitosis, hongos y aftas en la cavidad oral debido a la inmunosupresión y a la disminución de la saliva.

 

TRATAMIENTO.-

El tratamiento del síndrome nefrótico consiste principalmente en aliviar los síntomas, prevenir las complicaciones y frenar el daño que se produce a nivel renal.

Para lograr éxito en el tratamiento se necesita:

1.   Control de la presión arterial.
2.   Corticoesteroides
3.   Una dieta baja en sal e ingestión controlada de líquidos
4.   Diuréticos de asa
5.   Reposo relativo eliminando el ejercicio físico excesivo e intenso.
6.   Anticoagulantes en caso necesario.

En la consulta odontológica se debe realizar una historia clínica detallada y completa, para la toma de decisiones en el momento de prescribir medicamentos. Si el síndrome nefrótico evoluciona a insuficiencia renal el manejo debe ser multidisciplinario. De igual forma si el síndrome nefrótico es causado por patologías como LES, diabetes mellitus, etc., el manejo debe integrar el tratamiento de la enfermedad de base.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Aspectos destacados del Síndrome Nefrótico
El síndrome nefrótico es un grupo de signos y síntomas causados por daño al glomérulo renal, produciendo excreción anormal de proteína en la orina.Autor: Dr. Checcaci Edgardo * Fuente: Artículo de revisión 
Desarrollo
El síndrome nefrótico es un grupo de signos y síntomas causados por trastornos que producen cierto tipo de daño al glomérulo renal, produciendo excreción anormal de proteína en la orina. La condición primordial para el diagnóstico de SN es la proteinuria, con un nivel de de albúmina desproporcionadamente mayor que el de globulinas, consecuencia de una pérdida de la selectividad de la membrana glomerular.
 En los niños, una proteinuria de 50mg/k24 horas o mas es un solo criterio de diagnóstico. Esta condición puede ocurrir como resultado de una infección, exposición farmacológica, malignidad, trastornos hereditarios o enfermedades que afecten múltiples sistemas corporales, como diabetes mellitus (la causa más común en adultos), lupus eritematoso sistémico, mielomamúltiple y amiloidosis.
También puede ocurrir en trastornos del riñón, como glomerulonefritis focal y glomeruloesclerosis segmental, enfermedad de cambios mínimos la causa más común en niños), glomerulonefritismembranosa y glomerulonefritis mesangiocapilar. De esta forma, se divide en dos grupos principales: el síndrome nefrótico primario, en el cual hay afección glomerular con hallazgos histopatológicos definidos y el síndrome nefrótico secundario a enfermedades sistémicas, infecciones, procesos alérgicos, intoxicaciones, neoplasias, problemas cardíacos y vasculares.
El síndrome nefrótico primario puede aparecer a cualquier edad, desde el recién nacido hasta el adulto. El SN neonatal o congénito, también llamado finlandés, se debe a una mutación genética en el gen de la nefrina, proteína de la membrana basal glomerular que participa en sitios ricos en aniones, que originan repulsión de electroquímica de las proteínas plasmáticas.
Dicho gen se localiza en el cromosoma 19q13.1 el SN primario de la niñez rara vez se presenta antes de los 18-24 meses de edad y la incidencia pico es alrededor de los 3 años. Aunque la causa del síndrome nefrótico idiopático con lesión mínima en el niño sigue sin identificar, aumentan las evidencias que sugieren que pueda deberse a una anormalidad de la función del linfocito T, quizás mediante la producción de un factor que incrementa la permeabilidad capilar. Este factor pudiera ser la interleucina-8 (IL-8) o una molécula similar a ésta.

La respuesta homeostática a las alteraciones que produce la hipoalbuminemia, la pérdida urinaria de proteínas y factores "inmunológicos" involucrados, condicionan las complicaciones en el síndrome nefrótico. Causas de síndrome nefrótico
I. Primarias o idiopáticas
o Nefrosis lipoidea - Lesiones glomerulares mínimas
Proliferación glomerular mesangial difusa
Esclerosis glomerular segmentaria y focal

o Glomerulonefritis por complejos inmunes
Proliferación mesangial endocapilar Membranoproliferativa Tipos I y II
Extramembranosa (membranosa)
o Síndrome nefrótico congénito
II. Síndrome nefrótico secundario
o Enfermedades sistémicas - Lupus eritematoso sistémico
Púrpura de Henoch Shöenlein - Diabetes mellitus - Amiloidosis renal
Pan-arteritis nodosa - Enfermedad de células falciformes

o Infecciones - Sífilis congénita - Toxoplasmosis congénita
Hepatitis B y C - Paludismo - Nefritis por shunt
Asociado al síndrome de Inmunodeficiencia adquirida
Nefritis aguda post estreptocóccica - Tuberculosis
Endocarditis estreptocóccica
o Alérgicas - Enfermedad del suero - Picadura de abeja
Ortiga venenosa - Pólenes
o Cardíacas y vasculares - Trombosis de vena cava y renal
Pericarditis constrictiva - Falla cardíaca congestiva
Enfermedad tricuspídea
o Neoplasias -- Tumor de Wilms - Neuroblastoma
Enfermedad de Hodking - Leucemia
o Intoxicaciones - Bismuto -Mercuriales - Sales de Oro
Trimetadiona y parametadiona -
o Otros - Disgenesia gonadal XY - Síndrome Uña - Rotula
Criterios de diagnostico clinico
Los criterios diagnósticos son:
1) edema generalizado.

2) Hipoproteinemia (<2 g/dl, con albúmina desproporcionadamente baja respecto a las globulinas.

3) Cociente proteinuria/creatininuria en mg/dl >2 en la primera micción matinal o proteinuria de 24 horas > 50mg/kg de peso corporal.

4) Hipercolesterolemia (>200 mg/dl).
La disminución de la albúmina provoca un descenso de la presión oncótica plasmática, en consecuencia se genera edema generalizado al perderse líquido del intravascular al espacio intersticial.
Generalmente el edema se presenta como facial, especialmente periorbitario, y pretibial o escrotal.
Laboratorio
El principal dato de laboratorio es la proteinuria de 50 mg/kg 24 horas o mas. Es raro en el SN no complicado encontrar macrohematuria aunque en gran cantidad de casos existe microhematuria.

El colesterol sérico, la trigliceridemia y las lipoproteínas están aumentadas, desconociéndose por completo el o los mecanismos que producen éstos cambios.
Es bastante frecuente encontrar hipocalcemia, aunque rara vez es sintomática.

Debido al aumento de los factores de coagulación y de la trombina, y a una disminución de la actividad fibrinolítica y de la cantidad de inhibidores de la adhesión plaquetaria que caractterizan a este sindrome, los pacientes tienen riesgo aumentado de trombosis.
El nivel de inmunoglobulana G también está disminuído. Los pacientes nefróticos pueden presentar alteraciones en el ionograma tales como hiponatremia e hipercalemia.Indicaciones de biopsia renal y tratamiento
1- SN resistente a los corticoides y con proteinuria y edema persistente después de una serie completa de prednisona.
2- SN resistente a los corticoides y mas de 2 recaídas en seis meses.
3- Complemento sérico bajo en el primer episodio, no relacionado a glomerulonefritis postinfecciosa aguda, con el fin de descatar glomerulopatías membranoproliferativas.
4- SN con hipertensión a la presentación.
5- Inicio en menores de 1 años de edad.
6- Inicio en mayores de 10 años.
7- Lupus eritematosos sistémico.
8- Signos de insuficiencia renal crónica con elevación persistente de la urea y creatinina.
Tratamiento
El tratamiento del SN primario de la infancia es de apoyo y es determinado principalmente por el cuadro clínico del paciente. En agudo, el tratamiento debe dirigirse a la reposición de líquido del espacio vascular y a estimular la diuresis para evitar la sobrecarga de volumen. Si bien, intuitivamente, se podría pensar que mediante la infusión intravenosa de albúmina mejoraría la presión oncótica , la eficacia de esta medida se ve considerablemente reducida por la filtración glomerular de las proteínas séricas.
No obstante en un paciente con edema pulmonar o con oligoanuria, la albúmina intravenosa ( 1g/ kg al 25% ) puede ser una medida eficaz para movilizar líquido hacia el espacio vascular. La albúmina intravenosa debe infundirse en forma continua durante 8 a 12 hs. Bajo estricto control dado que , una infusión demasiado rápida expone al niño al riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva.

Al mejorar el espacio intravascular , mejora la percusión renal y con ella aumenta la posibilidad de reducir el volumen de líquido acumulado con la utilización de diuréticos . La furosemida es el diurético de elección  a dosis de 0,5 a 2 mg/ kg IV
Los corticoides forman parte del pilar del tratamiento del paciente con síndrome nefrótico, en estos pacientes disminuyen la proteinuria, aceleran la resolución de los edemas y disminuyen el riesgo de infecciones (al disminuir la proteinuria disminuyendo la pérdida de inmuno- globulinas en orina).

Después de haber comprobado que la prueba cutánea para tuberculosis es negativa, se inicia el tratamiento con corticoides orales, siendo de elección la prednisona. Se utiliza el protocolo del grupo internacional para el estudio y tratamiento de las prednisona 60 mg/m2 superficie corporal/día en una toma en la mañana durante 4-6 semanas; después de la remisión, se debe mantener constante la dosis mientras se cambia a un régimen de tomas en días alternos durante otras seis semanas.
En los primeros días de tratamiento es fundamental mantener un balance hídrico adecuado., la alimentación debe contener cantidad de proteínas de alto valor biológico necesarias para el crecimiento. En la mayoría de los casos se recomienda dieta moderada en proteínas (1 gr de proteína por kilogramo de peso corporal al día). El sodio (sal) debe restringirse para ayudar en el control del edema. Puede hacer falta reponer la vitamina D si el síndrome nefrótico es crónico y no reacciona a la terapia.
Aproximadamente el 85-90% de los niños con un primer episodio de SN a cambios mínimos alcanza resultados satisfactorios con el tratamiento previamente descripto.
En la mayoría de los niños con síndrome nefrótico a cambios mínimos la proteinuria desaparece hacia la tercera semana de tratamiento con corticoides orales. Un pequeño porcentaje de niños que no queda completamente libre de proteinuria ,por lo menos de 3 a 5 días, o con persistencia de la proteinuria después de los tres meses son clasificados como pacientes con SN con recaídas frecuentes , dependientes de corticoides o resistentes a los corticoides respectivamente. Para muchos de estos pacientes pueden ser necesarias diferentes estrategias con corticoides u otros tratamientos que escapan al motivo de esta actualización.Complicaciones

Las infecciones son la principal causa de muerte en el niño con síndrome nefrótico. La predisposición a infecciones se debe al descenso de inmunoglobulinas, el líquido de edema que actúa como un medio de cultivo, la deficiencia proteica, la terapéutica "inmunosupresora", el descenso de la perfusión esplénica debido a la hipovolemia y la pérdida por la orina de un componente del complemento (factor B-properdina) que opsoniza determinadas bacterias.
La peritonitis primaria es el tipo de infección más frecuentemente observada, presentando una mortalidad del 1-2% asociada al SN, también pueden verse infecciones en pulmón, piel ( celulitis y erisipela), SNC y septicemia.

El organismo causal más frecuente es el Streptococcus pneumoniae, pero también pueden encontrarse bacterias gramnegativas principalmente la E. coli. El estafilococo es un germen muy raro en la peritonitis y entre 15 y 50 % de los cultivos de líquido peritoneal son negativos.

La presentación clínica es la de un cuadro de abdomen agudo, con náuseas, vómitos, dolor abdominal y fiebre. se recomienda para el tratamiento la penicilina asociada con un aminoglucósido o una cefalosporina de tercera generación. La Academia Americana de Pediatría recomienda aplicar la vacuna neumocócica polivalente en los nefróticos mayores de 2 años de edad y penicilina profilactica a los menores de esa edad.
Además de las infecciones, otro factor que contribuye a la morbimortalidad asociada al sindrome nefrótico es el tromboembolismo. Addis 1948 fue el primero en llamar la atención sobre la asociación entre un estado de hipercoagulabilidad y el síndrome nefrótico.Kendall y otros encontraron niveles elevados de fibronógeno, factores V, VII, VIII y X, trombocitosis moderada y generación acelerada de tromboplastina en el adulto nefrótico.
Los niños con SN, ya sea primer episodio o recurrencia tienen riesgo de trombosis, sin embargo no se justifica la administración de anticoagulantes durante la remisión, dado que la coagulopatía es el resultado de alteraciones en las proteínas séricas generadas por la pérdida proteica renal.

La hiperagregación plaquetaria aparece en todos los niños con SN agudo.
La trombosis de la vena renal es la más frecuente complicación tromboembólica en el nefrótico, pero otras venas pueden afectarse. Las trombosis arteriales son raras, pero se asocia con morbilidad grave y aun mortalidad.
Otra complicación presente en el SN es la afectación del crecimiento. Datos clínicos sugieren que la proteinuria puede causar la marcada detención del crecimiento que se observa en el SN congénito.puede haber pérdida de proteínas transportadoras del factor de crecimiento tipo insulina (IGF), causando menores concentraciones séricas de IGF-I e IGF-II.  También hay que tener presente que altas dosis de corticoides pueden afectar el crecimiento.
 La insuficiencia renal aguda (IRA) es una complicación infrecuente en el síndrome nefrótico idiopático del niño y se piensa que ocurre como una consecuencia de una disminución severa de la volemia, trombosis bilateral de las venas renales, pielonefritis, hipertensión severa o disfunción inducida por drogas. La mayoría de los pacientes con lesión mínima que presentan IRA tienen anasarca, proteinuria masiva y oliguria y la biopsia renal muestra evidencias de edema intersticial marcado, pero no de necrosis tubular aguda.
En resumen la IRA es una complicación potencial en el niño nefrótico con edema severo, está relacionada con lesión tubular isquémica.
Si bien la hiperlipidemia caracteriza al SN, generalmente no genera complicaciones clínicas. Dado que la mayoría de los SN a cambios mínimos responde a los corticoides, la hiperlipidemia generalmente desaparece entre las 4-6 semanas. En cambio en las formas crónicas, puede ser necesario realizar cambios en la dieta e incluso tratamiento medicamentoso.